"La parte de los crímenes”: una economía del miedo
DOI:
https://doi.org/10.34096/zama.a.n16.16337Resumen
Conectando tramas de violencia (machista, patriarcal, narco, policial, laboral) con la potencia comunitaria del cuerpo puesto a trabajar, “La parte de los crímenes”, cuarta sección de la novela póstuma de Roberto Bolaño 2666, muestra cómo funciona un poder que, indistinguible del afecto, se manifiesta a través del miedo y la degradación del cuerpo femenino como territorio eminentemente biopolítico. Los basureros, los baldíos, las villas miserias, las urbanizaciones, los barrios periféricos de la Santa Teresa de 2666, con las maquiladoras de fondo alzándose como castillos góticos en medio del desierto de Sonora, componen un ecosistema del miedo, un espacio abandonado por el Estado a las fuerzas sexistas y racistas del neoliberalismo donde se puede matar mujeres obreras sin cometer asesinato. Plegando al cuerpo sensible de la lengua intensidades sociales que recorren el campo de lo vivo, “La parte de los crímenes” es una exploración en clave afectiva de ese nudo en el estómago permanente que es el vínculo entre miedo, subjetividad y capital.